EL ARCANCIELO

Sí un extranjero sopor
Me hace dichoso para olvidar
La violencia que he puesto en peligro
Y he ganado
La violencia y los sueños sin condición
Acelerado reproductor del día.

Alas transportan fácilmente
Ese cruel mimetismo de isla resguardada
Esa soledad que exijo que requiero corazón ajeno.

Que defiendo para desconocer una estrella una batalla de aves
Que ellas me unen a la laguna terrible al carbón del sueño y a través de su éxtasis
Yo absorbo su garganta desplegada
Eres el jardín del carbón y del sueño
Que se diluye con más silencio que un misterio
Con la más sabia orden de tormenta.

Yo prefiero decirlo y olvidarlo yo mismo
Para que la realidad se entere por repercusión
Un arco iris mixto
Doblado por el amor y su misterio
Un arco iris y una avenida con veleros
Te hace su semejante a toda hora
Te hace mi más fuerte dicha inabordable.

 

De El mundo y su doble, Ediciones Mandrágora, Santiago, Chile, 1940.