LA CONTRA VOLUNTAD

Los árboles es ésta que avanza
Que acumula claveles en la bahía
Que amordaza con espejos y amuebla su interior
Los lechos de mandrágoras
Como una invasión boreal
Pide el aislamiento derretido
La mano el hombre los peces anidados
Los cierra fuego el día
Una lámpara única menos inolvidable
Ibas corriente de negra variedad
Los grupos de palabras y los grupos de senos
Y los grupos de castillos y los grupos de sed
Y los grupos de estío presentan
Traed ibas lámparas de mandrágoras
Instinto mío instinto personal
Instinto fugaz para olvidarse
Donde seres nacen al día encerrado en su fruta
A las botellas que transportan el mar
A las selvas que olvidan sus carruajes
Y eres amante ser
Besando dormido
Ir negras bahías negros espejos de alacrán
Donde miras tu cuerpo blanco repentino
Tu cuerpo desnudo por una exhalación
Tu cuerpo tu grupo de cuerpos
Unidos para la prontitud de los auxilios
Cuerpo isleño
Donde la soledad se reconoce.

 

De El mundo y su doble, Ediciones Mandrágora, Santiago, Chile, 1940.