QUIEN ESTABA A SUS ESPALDAS ES UN REFLEJO
 
Quien estaba a sus espaldas es un reflejo
La pasión medida, la pasión manuscrita
El rostro el fanal del arroz blanco
Donde se desliza un rostro lleno de aves
Para permitir la salida del éter
Por la lengua ventosa.
 
En todo para volver para nadar
Para suspender los pies del mármol
Para secar los senos de una sirena
Para respirar para encender los faros
Para levantar las manos con amor.
 
Yo esperaba menos de este último hoy
Del agua de los vidrios cruzados
Yo lo esperaba todo de una noche
De una palabra pronunciada en sueños
De unos ojos escritos manuscritos.
 
Sin embargo nadie sabía nada
Nadie respondía a aquella voz de sangre
Los estanques se respondían a reflejos
Las mujeres se concertaban en la luna
Los hombres estaban más misteriosos que jamás
Tanto como ranas sirviendo de raíces.
 
La casa misma de la cual se separaban
Del continente negro, del continente blanco
Desamarrados flotaban a encontrarse
Volaban a desunirse volaban como pestañas
Sus pestañas volaban como éter como polen
Un solo abismo se mostraba con un dedo.
 
Pero detrás de códices
El mismo hirviente nombre revienta en el aire
Revienta con ira sin obligación con muerte
La vida giraba a prisa con ascos era la luna
En el fondo de un continente reflejad su dado
Entrad apresuradamente antes que llegue el viento
Alguien con melancolía habla de sus sueños
El jardín abandonado se tumbaba
Sus fieras ya no comían
Sus luces estaban sordas
Sus mujeres estaban blancas.

 

De 41 Poetas joven de Chile, Pablo de Rokha, Primera edición en un número especial de la revista Multitud en 1942 y una segunda edición en formato libro en 1943 por editorial Multitud.